Rostros de hoy y siempre
Por Edgar Morales
Estudiante de Artes Plásticas UDLAP
11 de marzo de 2010
Estudiante de Artes Plásticas UDLAP
11 de marzo de 2010
Un nuevo rostro para la juventud latinoamericana
La cirugía estética en menores de edad se perfila como una de las problemáticas sociales que definirán esta nueva década en toda América Latina.
Sociedad
Diario Nuevo Mundo
Bogotá, Colombia. Viernes 29 de enero de 2010.
La práctica de la cirugía plástica ha venido gestándose fuertemente desde principios de los años noventa. El progreso, la difusión y aceptación que ha tenido han permitido que cada día más y más personas acudan a ella.
Entre estas personas se encuentran jóvenes, en su mayoría mujeres, que apenas han alcanzado la mayoría de edad, o están a unos años de llegar a ella. Uno de estos casos es el de Amanda Leonor, chica de doce años oriunda de la localidad de La Candelaria, Bogotá. Ella desea someterse a una rinoplastia, cirugía que se encarga de modificar la nariz del paciente. En sus propias palabras, nos afirma que: “Deseo ser la niña más bonita de mi clase, de toda la escuela también. No podré ser estrella de cine o modelo si no soy bonita como las mujeres de la televisión”. Los padres de Amanda están algo escépticos sobre la situación, pero les reconforta el saber que su hija no es el único caso de un menor de edad que busca alterar su apariencia de manera permanente.
Al igual que Amanda, muchas otras chicas de edades similares buscan tratamientos estéticos. Entre los países con mayor índice de clientes de cirugía plástica se encuentran Brasil, que ocupa el primer lugar seguido por México, Argentina y Colombia. En nuestro país tenemos una aproximado de 280.000 cirugías al año, y en América Latina, el 10%de estas operaciones son realizadas en menores de dieciocho años.
Desde finales del 2008, la ALMCE (Asociación Latinoamericana de Medicina y Cirugía Estética) creó una serie de pautas o regulaciones relacionadas con esta situación. Todos los jóvenes que deseen someterse a dichos tratamientos deberán pasar, primero, por un examen psicológico que determinará su nivel de madurez y posibles desórdenes mentales. De ser aprobado este examen, decisión queda en manos de la persona, si esta cuenta con dieciséis años o más. De lo contrario, la decisión quedará en manos de los padres. El Dr. Manuel Goreiro, al igual que algunos de sus colegas, opina que en realidad no hay una edad óptima para este tipo de cirugías. Operaciones como la otoplastía, cirugía de las orejas, puede llevarse a cabo en pacientes desde los siete años de edad.
Nos comenta que las intervenciones más populares entre la juventud son: los implantes de prótesis mamarias, el relleno de los labios, la rinoplastia o la liposucción; esta última, de acuerdo con el Dr. Goreiro, puede llevarse a cabo a partir de los trece años. La contraparte médica cree que son más las razones para no realizar cirugías estéticas en menores de edad. No es aconsejable este tipo de procedimientos a temprana edad, ya que por motivos de desarrollo, pudieran generar a futuro malformaciones, alteraciones o inutilidad. Son operaciones que pueden ayudar cuando se trata de defectos físicos de nacimiento o cicatrices, pero que no deberían ser llevados a cabo en personas no adultas por razones como la moda o la vanidad juvenil. A pesar de esto, la realidad es que no existen normas que prohíban totalmente a un médico el realizar una cirugía estética a un menos de edad.
La moneda queda en el aire con respecto a este asunto. Pareciera que la sociedad latinoamericana, y no solo la colombiana, están más a favor que en contra de este fenómeno. La realidad es que ya existen jovencitas con una nueva nariz puntiaguda o unos grandes labios rojos. Y si para ellos está bien el adaptar su rostro a las tendencias, también lo estará para sus hijos, y para los hijos de éstos. No existen todavía pronósticos concretos sobre el asunto. La edad para una renovación facial podría bien ir disminuyendo conforme a los años, y de esta forma, las caras de la próxima infancia latinoamericana quedan a la merced de un bisturí impaciente y un futuro por demás incierto.
La cirugía estética en menores de edad se perfila como una de las problemáticas sociales que definirán esta nueva década en toda América Latina.
Sociedad
Diario Nuevo Mundo
Bogotá, Colombia. Viernes 29 de enero de 2010.
La práctica de la cirugía plástica ha venido gestándose fuertemente desde principios de los años noventa. El progreso, la difusión y aceptación que ha tenido han permitido que cada día más y más personas acudan a ella.
Entre estas personas se encuentran jóvenes, en su mayoría mujeres, que apenas han alcanzado la mayoría de edad, o están a unos años de llegar a ella. Uno de estos casos es el de Amanda Leonor, chica de doce años oriunda de la localidad de La Candelaria, Bogotá. Ella desea someterse a una rinoplastia, cirugía que se encarga de modificar la nariz del paciente. En sus propias palabras, nos afirma que: “Deseo ser la niña más bonita de mi clase, de toda la escuela también. No podré ser estrella de cine o modelo si no soy bonita como las mujeres de la televisión”. Los padres de Amanda están algo escépticos sobre la situación, pero les reconforta el saber que su hija no es el único caso de un menor de edad que busca alterar su apariencia de manera permanente.
Al igual que Amanda, muchas otras chicas de edades similares buscan tratamientos estéticos. Entre los países con mayor índice de clientes de cirugía plástica se encuentran Brasil, que ocupa el primer lugar seguido por México, Argentina y Colombia. En nuestro país tenemos una aproximado de 280.000 cirugías al año, y en América Latina, el 10%de estas operaciones son realizadas en menores de dieciocho años.
Desde finales del 2008, la ALMCE (Asociación Latinoamericana de Medicina y Cirugía Estética) creó una serie de pautas o regulaciones relacionadas con esta situación. Todos los jóvenes que deseen someterse a dichos tratamientos deberán pasar, primero, por un examen psicológico que determinará su nivel de madurez y posibles desórdenes mentales. De ser aprobado este examen, decisión queda en manos de la persona, si esta cuenta con dieciséis años o más. De lo contrario, la decisión quedará en manos de los padres. El Dr. Manuel Goreiro, al igual que algunos de sus colegas, opina que en realidad no hay una edad óptima para este tipo de cirugías. Operaciones como la otoplastía, cirugía de las orejas, puede llevarse a cabo en pacientes desde los siete años de edad.
Nos comenta que las intervenciones más populares entre la juventud son: los implantes de prótesis mamarias, el relleno de los labios, la rinoplastia o la liposucción; esta última, de acuerdo con el Dr. Goreiro, puede llevarse a cabo a partir de los trece años. La contraparte médica cree que son más las razones para no realizar cirugías estéticas en menores de edad. No es aconsejable este tipo de procedimientos a temprana edad, ya que por motivos de desarrollo, pudieran generar a futuro malformaciones, alteraciones o inutilidad. Son operaciones que pueden ayudar cuando se trata de defectos físicos de nacimiento o cicatrices, pero que no deberían ser llevados a cabo en personas no adultas por razones como la moda o la vanidad juvenil. A pesar de esto, la realidad es que no existen normas que prohíban totalmente a un médico el realizar una cirugía estética a un menos de edad.
La moneda queda en el aire con respecto a este asunto. Pareciera que la sociedad latinoamericana, y no solo la colombiana, están más a favor que en contra de este fenómeno. La realidad es que ya existen jovencitas con una nueva nariz puntiaguda o unos grandes labios rojos. Y si para ellos está bien el adaptar su rostro a las tendencias, también lo estará para sus hijos, y para los hijos de éstos. No existen todavía pronósticos concretos sobre el asunto. La edad para una renovación facial podría bien ir disminuyendo conforme a los años, y de esta forma, las caras de la próxima infancia latinoamericana quedan a la merced de un bisturí impaciente y un futuro por demás incierto.